Por Mauricio Sulaimán / hijo de José Sulaimán / Presidente del WBC
El domingo se celebró uno de los eventos deportivos más importantes a nivel mundial, el Super Bowl LVIII, y mi predicción era que ganarían los Kansas City Chiefs, basándome en la experiencia de ambos quarterback, Pat Mahomes, y su grandeza, más Brock Purdy, con su novatez, pero también porque las defensas suelen ganar los partidos, y Kansas City mostró al final de la temporada gran solidez, organización y firme disciplina en este ámbito.
El fútbol americano ha tenido grandes coincidencias a lo largo de los años y para mí fue algo que siempre me acercó a mi papá.
Mi pasión por los Dallas Cowboys nació un domingo de 1976, cuando Don José me sacó del campo de béisbol de la Liga Lindavista para regresar a casa. Me sentó con él para ver el Super Bowl, entre Dallas y Pittsburgh. Esos Cowboys, con Roger Staubach, y los Steelers, con Terry Bradshaw.
Dallas perdió en un partido de infarto, desgarrador, y desde ese día me convertí en un fanático fiel, un fanático sufrido porque no hemos estado en un Super Bowl desde 1995, y como también soy Cruz Azul de corazón, ya estoy bien curtido y acostumbrado a ver pasar la gloria… año tras año.
En uno de sus tantos viajes, Don José regresó con un casco de Tony Dorsett, y fotos autografiadas de muchos Vaqueros, ese es uno de mis tesoros más preciados.
Ed “Too Tall” Jones, un liniero de Dallas, incursionó en el boxeo y tuvo seis peleas profesionales, pero se dio cuenta que los golpes eran más duros en el ring que los duros golpes en la parrilla, y era mejor colgar los guantes.
El estadio de los Dallas Cowboys ha sido testigo de grandes acontecimientos boxísticos, cuando Manny Pacquiao derrotó a Joshua Clottey, y luego a Antonio Margarito. Mientras tanto, Saúl Canelo Álvarez impuso récord de asistencia en Estados Unidos a una pelea en estadio techado, con 73,126 aficionados, al derrotar por nocaut técnico al inglés Billy Joe Saunders, en un ambiente inolvidable. Asimismo, Erol Spence Jr. logró triunfos ante Mikey García y el cubano Yordenis Ugas.
Uno de los recuerdos más grandes de mi vida fue aquel día en que el dueño de los Vaqueros, Jerry Jones, viajó a México acompañado de dos porristas para promocionar la pelea entre Pacquiao y Margarito. Después de la conferencia de prensa, invitaron a mi papá a una comida inolvidable en Televisión Azteca y yo me uní a él. Fue una experiencia única.
Los ejecutivos de Azteca, responsables de crear La Casa del Boxeo, nos recibieron con la tradicional hospitalidad mexicana. Estuvieron Rodrigo Fernández, Mauricio Majul, Carlos Díaz y Rodolfo Vargas, entre otros, y también estuvieron como invitados mi querido amigo Fernando Beltrán, de Zanfer, Todd DuBoef, presidente de Top Rank, y Bob Arum su fundador.
La charla sobre boxeo pronto amainó, y después de un par de tequilas, todos fuimos testigos de una de las conversaciones más interesantes que pudieron tener, pues Jerry Jones, Bob Arum y Don José Sulaimán contaron todo tipo de anécdotas e historias, que nos dejaron en temor.
Mi papá no bebía mucho alcohol; de vez en cuando, una margarita, alguna que otra copa de vino o un anís después de la comida, pero ese día, Bob decidió abrir la botella de Reserva de la Familia que le habían regalado y le sirvió varios tequilas a Don José.
Es bien sabido que siempre hubo distanciamiento entre Arum y mi papá, pero ese día ambos disfrutaron al máximo del otro con una chispeante conversación. ¡Imagínese cómo fue, que cuando mi papá se detuvo a despedirse, Bob le dio un beso y un gran abrazo! Los dos nos fuimos relativamente temprano, pero hay mucho más en esa fiesta, ya que la siguieron al regresar al hotel.
El jugador de futbol americano es muy aficionado al boxeo, por naturaleza encuentra en nuestro deporte una pasión que le lleva a estar habitualmente presente en las grandes carteleras del boxeo.
En el show del año pasado en Jalisco, cuando Canelo llenó el Estadio Akron, estuvo presente la jugadora de Pittsburgh Najee Harris, y tuve la oportunidad de invitarlo a una experiencia en la CDMX, días después de la pelea. Lo llevé a él y a sus amigos a la Cantina del Bosque, y le encantaba el tequila, los tacos y las quesadillas, y le encantaba jugar al cupilete.
Le perdí la pista toda esta temporada, hasta diciembre pasado, cuando estuvo allí en la pelea entre Devin Haney y Regis Prograis, y de repente este gigante viene a abrazarme, era Najee, feliz de estar en el boxeo.
Sabías que…?
El 19 de noviembre de 2017, los New England Patriots jugaron contra los Oakland Raiders en el Estadio Azteca. Tuvimos la suerte de poder organizar el espectáculo de medio tiempo, basado en el homenaje a los Héroes de México, ya que solo habían pasado dos meses del terremoto que sacudió nuestra ciudad.
Mi querido Pepe Cantoral interpretó su canción: México cuenta conmigo; Manuel Mijares cantó el Himno Nacional y hubo un desfile en el que se aclamó a los héroes, desde bomberos, enfermeras, médicos, policías y hasta destacados deportistas: Ana María Torres, Ana Gabriela Guevara, Manuel Negrete, Carlos Mercenario y GGG Golovkin. , que estuvo en nuestro país, y desfiló con la camiseta verde del equipo.
Anécdota de hoy
Fue en 1980 cuando Roberto Manos de Piedra Durán le dio su revancha a Sugar Ray Leonard en el Superdomo de Nueva Orleans.
Días antes llegó mi papá y me dijo: “Mijito: vamos al estadio, hay partido de la NFL y se va a promocionar la pelea”. Cuando llegamos vimos a muchos fanáticos con bolsas de papel en la cabeza, en señal de queja de lo malos que estaban los Santos.
Una vez sentados, Don José nos dijo: “No he comido nada en todo el día, ya vuelvo”. Minutos después, llegó con dos hot dogs, palomitas de maíz, nachos y su coca cola light…porque su dieta…
Agradezco sus comentarios en contact@wbcboxing.com
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