Hay dos mil millones de musulmanes en todo el mundo en este pequeño planeta que todos compartimos… eso es más del veinticinco por ciento de la población mundial y se estima que el noventa y tres por ciento son parte del Ramadán.
El Ramadán radica en un mes de ayuno, oración, reflexión y comunidad. Es uno de los cinco pilares fundamentales del Islam. El Ramadán implica ayunar, lo que significa no comer ni beber desde el amanecer hasta el atardecer. No se aplica a niños, ancianos, enfermos crónicos ni personas que estén de viaje. La comida permitida antes del amanecer se llama Surhur y la comida después del atardecer se conoce como Iftar.
Este año, el Ramadán, que corresponde al noveno mes del Calendario Islámico, comenzó el domingo 10 de marzo y finaliza el martes 9 de abril. El Dr. Arthif Daniel es un cirujano dentista radicado en Inglaterra. Es miembro del Comité Médico del WBC, un boxeador profesional con el sobrenombre de Dr. Hitman y es un creyente.
Daniel explica que el Ramadán es un principio religioso y de vida fundamental, que pone a prueba tanto la fe como la paciencia y provoca empatía con los pobres. Un tiempo de abstinencia, buena voluntad y bondad de palabra y obra.
A petición propia, él mismo comenzó a observar el Ramadán a la edad de diez años, pero en esa etapa, para los jóvenes, lo hace en etapas semirápidas y solo dura hasta el mediodía. La razón de todo esto es alcanzar la conciencia de Dios y están los aspectos añadidos de todas las cosas buenas que se supone que cualquier creyente debe hacer, lo cual se enfatiza aún más durante el mes de Ramadán. Esto también, y de manera importante, implica en la práctica abstenerse de maldecir, de perder los estribos: “Una persona que no abandona el discurso falso o las acciones falsas, no es necesario que sea parte de este proceso”.
El elemento espiritual es importante y anula el elemento físico. Daniel explica: “No sientes las punzadas del hambre o la sed y te das cuenta de que la atención que se presta a ello es mayor. También podemos sentir la muestra de agradecimiento por quienes sufren la pobreza. La caridad, que es el cuarto pilar de la religión de Abraham, se centra enormemente en términos de donación. Pones tu mano en tu bolsillo como muestra de ese agradecimiento”.
La moderación en la disponibilidad de alimentos es parte esencial del Ramadán, a la hora de romper el ayuno, pero no ceder al exceso ni a la glotonería. Con la comida de antes del amanecer es fundamental la ingesta de agua, así como comer fruta fresca incluidos los dátiles. Alimentos nutritivos en las cantidades correctas. Controlar los tres deseos más básicos.
Existe un consenso en medicina de que el ayuno adecuadamente controlado y regulado tiene importantes beneficios para la salud. Sin embargo, durante el Ramadán, aparte de las consideraciones espirituales, un boxeador no estará en óptimas condiciones físicas.
Muchos boxeadores creyentes entrenarán normalmente durante el Ramadán pero evitarán el sparring. Una opción es entrenar en las horas previas al anochecer y luego poder comer y reponer las energías gastadas. Otra opción es el entrenamiento nocturno después de la comida posterior al anochecer. Aunque cada uno es diferente y cada boxeador encuentra su camino, el que mejor le conviene.
Los boxeadores que hacen ejercicio en el gimnasio todo el año y que tienen tasas metabólicas afinadas no tienden a perder peso durante el Ramadán, mientras que el resto de nosotros sí lo hacemos. Pero existen beneficios distintos y tangibles de comer frutas frescas, avena y dátiles.
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