Por Beka Romero
El estrés es la reacción natural del cuerpo ante situaciones que percibe como amenazantes o desafiantes. Hablar de estrés es normal pues día a día estamos en continuas actividades y hasta tiene beneficios en ciertas circunstancias, como motivarnos a superar obstáculos.
Pero, el estrés prolongado puede afectar el sistema inmunológico, debilitado las defensas del cuerpo y aumentando el riesgo de enfermedades como resfriados, gripes e incluso enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas o diabetes. Además, el estrés crónico puede contribuir al desarrollo de trastornos mentales como la ansiedad y dificulta la capacidad de manejar las emociones.
A nivel cognitivo, el estrés prolongado puede afectar la concentración, la memoria y la toma de decisiones, lo que puede afectar el rendimiento académico, laboral y deportivo. En el ámbito emocional, puede dar lugar a cambios de humor, irritabilidad, agotamiento emocional y dificultad para disfrutar de las actividades cotidianas.
Algunos tips que pueden ayudar a regular un estado de estrés:
Vivir el presente y no querer controlar todo lo que pasa a nuestro alrededor
Explorar una actividad fuera del ámbito laboral, por ejemplo hacer ejercicio, bailar, practicar yoga, dibujar, ir a terapia, tomar 20 minutos al día para ti.
Escribir en una libreta tus pensamientos, ideas, sueños etc.
Hablar con alguien de lo que estás viviendo y/o sintiendo, a veces solo basta con liberar palabras y ser escuchado.
Para y respira el cuerpo necesita descanso, relajación, no ir de prisa siempre.
Priorizar el autocuidado y la gestión del estrés puede tener un impacto significativo en la salud y el bienestar a largo plazo.
test