La dama más querida del boxeo y la más importante pues detrás de los reflectores, las cámaras, las entrevistas y el glamour del boxeo, ella ha sido el pilar, la fuerza y el cobijo no sólo de la familia Sulaimán sino de los boxeadores. Y es que Doña Martha además de ser la compañera por 42 años de Don José Suliamán, fue quien abrió las puertas de su hogar a cientos de pugilistas que tocaron a su puerta, buscando a quien entonces fuera presidente del WBC, pero también quienes buscaban la amabilidad y sencillez de Doña Martha quien no solo les cocinaba y atendía sino también les brindaba consejo, una amena charla y un cariño genuino que traspasaba las cuerdas.
Doña Martha nació en Ciudad Victoria, Tamaulipas, donde pasó una niñez y una juventud tranquila hasta que conoció a un joven dispuesto a cambiar el mundo y dejar una huella imborrable a su paso y así lo hicieron pues, juntos formaron una pareja que al pasar los años fue la columna del boxeo y es que gracias al entendimiento, la paciencia, el amor y el apoyo incondicional de Doña Martha a su esposo, él pudo dedicar gran parte de su vida y su tiempo al boxeo, mientras ella jugaba varios roles, uno de los más importantes ser mamá y papá de sus cinco hijos, pues Don José pasaba mucho tiempo viajando.
Sin embargo, el papel de la señora Martha, era y es monumental, pues también fue la contención de su esposo en los momentos más complejos, su confidente y mejor aliada, la consejera y también porqué no decirlo, la voz fuerte cuando sabía que algo no estaba bien. Ella, lleva en sus hombros a la familia Sulaimán pero también el peso de la familia verde y oro, y es que aunque tal vez sus apariciones en cámara o en las arenas de boxeo podrían parecer pocas para el tiempo que ha estado ligada al boxeo, ella es la mujer que más ha estado involucrada en este deportes quien ha cedido la intimidad de su casa e incluso de su vida para abrirla a todo aquel que lo necesite.
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